La revolución, arma y motor del pueblo, me rajaba de pies a cabeza, pero eso no era nada: había gente que no volvería a abrir los ojos nunca más. Solo se me ocurrió seguir dando la pelea, porque ya estábamos aquí, y como bien leí en un cartel, tenía miedo de que todo volviera a ser lo mismo después de esto. Tiene que valer la pena. Tiene que valer la pena. Tiene que valer la pena.
Escribí para @esmifiestamag un texto que llamé “Diecinueve”, porque fue un día que me cambió para siempre. Un día en que me di cuenta de que todo lo que parecía ser una vida normal no era más que una cáscara vacía, empapada de sangre.
Gracias Javi por el espacio. El link está en mi bio. Fuerza a todes y a no decaer.
“Aquí se encajó mi canto, como dijera Violeta”.
Me asustan los lugares muy concurridos y mi angustia y tristeza por todo lo que está sucediendo ha ganado por sobre las ganas de marchar. Sin embargo, he intentado luchar desde mis flancos.
Hoy frente a La Moneda con un grupo de coros hicimos una manifestación donde cantamos arreglos de Víctor Jara. Hace muchos días venía pensando en Manifiesto y en el nuevo sentido que toma en mi vida ahora, y estoy segura que muchos de los que estuvimos ahí cantamos con todo el corazón y la emoción que la obra de Víctor merece.
Sigamos luchando amigues, que nadie les diga cómo, que nadie les diga dónde, que nadie les diga cuándo. Si seguimos dando cara, sin duda venceremos. Hasta que la dignidad se haga costumbre, dicen por ahí.
PD. El registro es de @agenciauno
#noestamosenguerra
